martes, 14 de septiembre de 2010

Organización Mundial de la Salud (OMS)

“Los países que han reconocido la importancia primordial de informar al público, han logrado un descenso en el consumo de tabaco”. Panos, agencia londinense de información, añade: “En muchos hogares, lugares públicos y centros de trabajo del Norte, ya no se considera socialmente aceptable fumar”, y la mayoría de las personas se han dado cuenta de que “el tabaco puede matarlas”. “La industria del tabaco está moviéndose hacia el Sur”.
En el Sur, por el contrario, abrir un nuevo mercado es tan fácil como abrir una cajetilla de cigarrillos. Para la industria del tabaco, las condiciones que existen en los países en desarrollo son tentadoras. En tres de cada cuatro de estos países no se imponen restricciones a la publicidad del tabaco y, al mismo tiempo, hay poca conciencia pública de los peligros de fumar. “La gente no conoce los riesgos porque no se le habla de ellos”, observa Panos.
Para inducir a las jóvenes —que están entre los principales blancos de la industria tabacalera— a encender su primer cigarrillo, los anuncios “transmiten el mensaje de que fumar es un placer refinado, propio de mujeres independientes”. Los anuncios de tabaco son sospechosamente parecidos a los que se utilizaban en el mundo industrializado hace medio siglo. En aquel entonces se obtuvo el resultado esperado. Según cierta fuente, en poco tiempo, de cada tres mujeres, una “empezó a fumar con el mismo entusiasmo que los hombres”.
Los agresivos métodos de mercadotecnia que hoy se dirigen a las mujeres desprevenidas de los países en vías de desarrollo, garantizan que se repetirá el “éxito” publicitario de los años veinte y treinta. De modo que las perspectivas son funestas, pues millones de muchachas de los países más pobres del planeta corren el riesgo de habituarse a la nicotina en los primeros años de su adolescencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario